Visita privada: Una casa inspirada en las de las colinas de Hollywood
Residir unos años en Los Ángeles dejó huella en los dueños de esta casa, que han diseñado en Barcelona una vivienda propia de Hollywood.
Después de haber vivido unos años en Los Ángeles, la pareja propietaria de esta casa regresó con una idea muy clara de qué vivienda quería construir: “Las residencias que se ven por las colinas de Hollywood, muy técnicas y que disfrutan de unas vistas impresionantes fueron nuestra fuente de inspiración”, cuenta Clémente Rubio, su dueño. Primero buscaron un terreno adecuado: un sitio abrupto de paisaje privilegiado. Lo encontraron en el año 2004 en la localidad de Corbera de Llobregat; cómodo para ir a sus respectivos trabajos en Barcelona. El siguiente paso fue dar con el arquitecto adecuado. “Hallamos a Miquel Pescador, quien logró transformar nuestras ideas en casa. Fue un encuentro muy excitante pues congeniamos desde el primer minuto”, prosigue el dueño. La construcción se prolongó durante año y medio, pero mereció la pena. El resultado: una casa que se dibuja como un cubo de líneas muy depuradas dentro de un bosque de encinas y pinos.
La casa recuerda a una caja de zapatos. En cuento a la parcela, cuenta con 847 metros cuadrados en los que se quería dar protagonismo al jardín. “Mientras que el edificio es cuadrado y minimalista, hasta diría tecnológico, los exteriores son caóticos; tal y como es la naturaleza”, cuenta Clémente. Thierry Maurin, el jardinero paisajista encargado del proyecto, apostó por especies endémicas por dos razones: por amor al Mediterráneo y respeto a la naturaleza. Así, utilizó olivos, laureles, tomillos, romeros, lavandas (siendo esta último un homenaje a su tierra natal, la Provenza francesa). En resumen, recurrió a especies que puedan aguantar sequía, con pocas necesidades hídricas.
La conciencia ecológica que vemos en la selección de las plantas y los árboles del jardín también está presente en la piscina, que usa un sistema de electrólisis salina para purificar el agua sin emplear cloro. Desde aquí se disfruta de vistas a las montañas del Monsteny, Montnegre, Collserola, la parte trasera del parque natural del Garraf, Sant Llorenç de Munt y hasta del norte de Cataluña. Queda claro por qué el proyecto arquitectónico se basó en proyectar un mirador hacia el paisaje.
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El paisajista, Thierry, ha buscado integrar lo mineral, ofreciendo así texturas bellas. En este rincón del comedor exterior se aprecia en la esquina, donde deja una roca a la vista. En cuanto a las paredes y el suelo, se apuesta por lamas de pino que no exigen mantenimiento alguno.
Se ha privilegiado el comedor de exterior al de interior; la mesa es de mayor tamaño y calidad. “Disfrutamos del porche unos nueve meses al año, pero aquí hemos llegado a tener nevadas de bastantes centímetros de altura”, confiesa el dueño.
Gracias a la pérgola realizada en lamas de madera, el porche disfruta de sombra en las horas de calor más intenso. Tras un baño en la piscina o una comida veraniega el mejor lugar para una apacible siesta son estas hamacas de tela. Es el espacio consagrado al relax y la lectura para la pareja propietaria de la casa.
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Salón, comedor y cocina comparten una misma estancia totalmente abierta al exterior mediante una cristalera. Unos sutiles visillos son el único elemento que viste los ventanales.
En toda la casa hay una importante presencia del vidrio y el metal: una estética industrial que se contrarrestó gracias al empleo de la madera en techos y suelo. En concreto para el pavimento, que cuenta con calefacción radiante, se empleó una variedad tropical de un intenso tono cobrizo. La chimenea no es un simple adorno pues se emplea en los fríos días de invierno. Se resalta en un acabado gris claro, en contraste con la pintura de pared en una tonalidad más intensa.
La decoración es austera y minimalista, aunque se salpica con recuerdos de sus múltiples viajes.
La cocina es un espacio social, abierto, pues “al final es donde mejor estamos con la familia e invitados”, nos cuenta Clémente. Se equipó con una isla central que integra el lavavajillas, el fregadero y zona de almacenaje por un lado y tiene una barra por el otro. Aparte, módulos bajos y en columna completan este espacio funcional y moderno.
El mobiliario en blanco se combina con las encimeras de mármol zimbaue negro. “Fue un desafío subir estas grandes piezas de piedra porque pesan mucho. Fue necesario hacerlo mediante grúas”, cuenta el propietario. De la cocina también destacan las dos lámparas de pared: unos plafones en dos gamas de azul que delatan la situación mediterránea de la casa.
El dormitorio principal cuenta con el baño y el vestidor en suite. En él, reina una fotografía de un desierto de California, una vista mineral que también reivindican el jardín de la casa.
Dormitorios con el baño como protagonista
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Se deja a la vista una bañera que puede usarse a modo de ducha y que tiene el privilegio de contar con la luz cenital que proporciona un lucernario, aparte de la que ya llega mediante la generosa cristalera del dormitorio.
Los lavamanos se sitúan en un rincón más íntimo, así como el inodoro y una cabina de ducha. Esta zona de tocador del baño actúa de distribuidor pues también da paso a un amplio vestidor.
El dormitorio para invitados es de decoración sobria pues debía sobresalir el ventanal que ofrece una fantástica vista del paisaje rocoso.
La habitación cuenta con un muro totalmente en vidrio, por lo que se beneficia de una mayor entrada de luz natural. Además, este recurso relaciona el dormitorio con el patio.
Muros de vidrio: Y gana luminosidad y sensación de amplitud
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Esta tranquila zona de exterior da idea de los materiales industriales que son claves en la casa. “El hormigón es la columna vertebral de la casa”, dice el propietario. Para contrarrestar esta estética algo fría se emplea la madera tanto en el mobiliario como para cubrir el suelo.
Esta sección de la vivienda da una idea aproximada de lo que cuenta Clémente a continuación. “Lo más complicado fue construir la vivienda al fondo del escarpado terreno y en la zona más alta, porque debimos hacer una camino para que entraran todos los camiones”.
Se requirió un enorme trabajo de excavaciones para poder asentar la casa y darle una pendiente más suave. A estas dificultades se sumó que se conservaron algunos de los pinos originales del terreno.
Se requirió un enorme trabajo de excavaciones para poder asentar la casa y darle una pendiente más suave. A estas dificultades se sumó que se conservaron algunos de los pinos originales del terreno.
Los 117 metros cuadrados de vivienda se distribuyen en dos dormitorios, dos baños, un vestidor y el salón-comedor que comparte espacio con la cocina. La casa cuenta con otros 45 metros cuadrados distribuidos entre el porche y el patio interior.
El arquitecto Miquel Pescador ahora ejerce de profesor y se dedica a la pintura artística. Aquí nos deja un boceto con los materiales y los elementos claves de la construcción.
La respetuosa reinterpretación de una masía catalana
La respetuosa reinterpretación de una masía catalana
Situación: Corbera de Llobregat, Barcelona
Quién vive aquí: Clémente Rubio y su pareja, dos empresarios franceses
Superficie construida: 162 metros cuadrados: 117 metros cuadrados de vivienda y 45 metros cuadrados de porche y patio
Arquitecto: Miquel Pescador
Dato curioso: “No hay que llenar o vaciar la piscina nunca. El agua que vemos se puso hace 10 años y luego simplemente se ha ido añadiendo aquella que se ha evaporado por el calor”, cuenta el propietario.
Clémente Rubio, el empresario francés propietario de esta vivienda, en su rincón preferido: el jardín. De hecho, “¡la casa sin jardín no existiría!”, recalca. El proyecto de paisajismo ha introducido toques sorprendentes, como estas bolas hechas con arbustos que parecen sacados de una película de Disney.
Ahora, están tratando de vender la vivienda porque se trasladan a trabajar al extranjero. Pero no son unos nostálgicos: “Esta casa ha sido un capítulo clave en nuestra vida, ahora hay que continuar adelante y construir uno nuevo”.