Uno de los requisitos de los propietarios era sacar la lavadora de la cocina e integrarla en el cuarto de baño, sin por ello renunciar al almacenaje. Esto se solucionó retirando el antiguo bidé y colocando la lavadora en ese espacio. Sobre esta se colocó un armario blanco que permite tener todos los accesorios para la colada siempre a mano. Los toques decorativos del espacio se solucionaron con accesorios en madera y en negro y textiles en azul para marcar un contrapunto cromático. Fotografía: Erlantz Biderbost