La reforma de este baño con su estilo atemporal y toque vintage-moderndo no estuvo exenta de desafíos creativos. Uno de los retos más intrigantes fue la disposición de los nuevos platos de ducha, enmarcados por la ubicación predeterminada de los desagües existentes. Para superar esta limitación, se optó por la artesanía y se creó un plato de ducha de obra revestido con los mismos azulejos hexagonales terracota que adornan el espacio. La ejecución de esta solución requería una gran dosis de habilidad y dedicación, resultando en una verdadera obra de arte que fusiona lo funcional con lo estético. Este plato de ducha, además de su funcionalidad, se erige como un testimonio del ingenio y la maestría que caracterizan esta renovación de baño.